jueves, 12 de noviembre de 2009

Embarazada!!!!

Supe que estaba embarazada

No sé por qué, pero lo supe. Al día siguiente de la inseminación, mi cuerpo y mi mente me mandaron un mensaje: estoy embarazada.
Mi familia, mis amigos, me llamaban ó me mandabas sms de apoyo, de ánimo... y toda esa energía giraba a mi alrededor, la sentía conmigo, acompañándome en esa larga espera de 2 semanas que debían pasar hasta la prueba que me diría si efectivamente mi bebé estaba en camino...
Mis padres y hermanos intentaban bajarme de la nube. Temían que mi ilusión estuviera jugándome una mala pasada, sabían que yo tenía sensaciones, pero no era suficiente...
¿Cómo explicarles que yo ya sentía en mi interior una vida distinta a la mia, que me descubría cubriéndome instintivamente la tripa si había algún movimiento brusco a mi alrededor, que me despertaba con ambas manos sobre el vientre, hecha un ovillo, que me sentía diferente? De repente me apetecían cosas que normalmente me repugnan, tenía el cuerpo cortado, como revuelto, enseguida empecé a tener náuseas... Los míos pensaban que podría estar somatizando mis ganas de ser mamá, y "causándome" yo misma esos cambios, temían mi decepción, sabían cuántas ganas tenía y les daba miedo que me hundiera si fracasaba.

LLegó el día de la prueba de sangre, y aunque yo sabía que estaba embarazada, un resquicio de Pepito Grillo en mi mente me instaba a esperar antes de lanzar las campanas al vuelo. Me llamaron al cabo de unas horas.

- ¿Mía Vazquez? Llamo del laboratorio-, dijo una señora con tono neutro.
-Sí, soy yo- dije con un hilillo de voz, aguantando la respiración, con el corazón al borde del infarto
-Tenemos los resultados de su prueba de embarazo- dijo en el mismo tono, quedando luego en un incomprensible silencio.
-¿Y?- De repente me asaltaron, por primera vez las dudas. El tono monocorde de esa señora no era en de quien da buenas noticias.
- Es positivo-

Volví a respirar, mi corazón volvió a latir, me toqué la tripa -mi hijo...-, y lloré. Lloré de felicidad, de nervios. Una pareja mayor me paró en la calle para preguntarme si me encontraba bien.
-Estoy embarazada- conseguí decir entre hipidos y moqueos, en una mezcla de llanto y risa que debió parecerles contradictorio, no sabían si consolarme ó animarme...

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